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Las personas indecisas son infelices ¿lo sabías?


Es muy común encontrarse con una persona que nunca puede decidirse. Hasta para la decisión más mínima se hace un mundo. Hacerles preguntas como ¿Qué deseas cenar hoy? o ¿Qué película te gustaría ver? resultan en un análisis extenuante de las opciones y posibilidades. ¿Te sientes identificado con esta descripción? Quizás entres en la categoría de personas que tienden a maximizar las cosas al momento de tomar una decisión, lo cual puede llegar a ser muy perjudicial al momento de querer asumir un cargo de trabajo elevado A continuación te explicamos por qué.


Tienes que saber que los trabajos de alta gerencia implican tomar una serie de decisiones importantes, que pueden repercutir positiva o negativamente en una empresa. El trabajo de los gerentes se basa en tomar decisiones, por lo que, evidentemente, una persona maximizadora no encaja en lo absoluto con este perfil.


Las personas maximizadoras se caracterizan por sobreanalizar las cosas, siempre con la intención de buscar la mejor decisión. Si lo miramos hasta aquí, nos daremos cuenta de que quizás no es un aspecto muy negativo. Muchos creen que evaluar varias opciones los puede ayudar a vislumbrar cuál de todas es la mejor entre la multitud. Sin embargo, esto no es del todo cierto. Cuando se nos presentan más opciones tendemos a ser más indecisos y dudar más de nuestras decisiones. Esto ocasiona que, cuando se toma una decisión, se sobreanaliza la posibilidad de haber escogido una mala opción, lo cual culmina en una sensación de angustia e insatisfacción.


Tener un repertorio de opciones más limitado resulta fundamental: menos es más. Más tranquilidad, más rapidez y sobre todo, más confianza en lo que se decide. Por ello, ser capaces de filtrar rápidamente las opciones que se nos presentan representa una ventaja competitiva (y un alivio emocional). Tener la capacidad de tomar decisiones velozmente, en base a la utilidad, implica un sacrificio relacionado al sobre análisis, que se fundamenta quizás en la opción de evaluar más alternativas. Sin embargo, en términos de costo-beneficio, el tiempo que nos ahorra tomar una decisión rápido retribuye positivamente en nuestra productividad pues no da tiempo a enfocar nuestro tiempo y energía en otras actividades.


Es por eso que se dice que tener la capacidad de decidir puede impactar directamente en tu felicidad, ya que dejas de atormentarte con los fantasmas de las decisiones que pudieron ser, pero no fueron. Generar este cambio tan radical en tu comportamiento no es tarea fácil. Analízate, evalúate y trata de entender qué aspecto de tu personalidad genera que seas tan inseguro respecto a las decisiones que tomas. El trabajo de introspección no es una tarea sencilla, pero ten la seguridad que es muy gratificante una vez que armas el rompecabezas que es tu mente. Recuerda que en Felizmente estamos dispuestos a brindarte una asesoría y orientación psicológica en este camino, pues contamos con psicólogos altamente capacitados para guiarte en este camino de autodescubrimiento.

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