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Salud mental: ¿Cómo darme cuenta si mi relación es tóxica?



¿Qué es una relación tóxica?


Una relación tóxica es una relación destructiva, nada saludable, que tanto a una de las dos partes o a ambas les está generando cierto daño o malestar. Las relaciones tóxicas no sólo se dan en las relaciones de pareja, de hecho también surgen entre miembros de la misma familia, entre amigos, compañeros de trabajo, en las cuales puede existir cariño y afecto, lo que hace que sea aún más difícil romper con ellas.


¿Cómo identificar una relación tóxica?


Si la relación en que te encuentras de alguna u otra forma te hace sentir mal, por ejemplo, sentirte juzgado, desvalorizado, manipulado, amenazado, acosado, maltratado, o sientes un vacío difuso después de verte con la persona, es importante que te preguntes si estás en una relación tóxica y que busques la manera de salir de ahí.


Generalmente, una relación tóxica se establece entre dos tipos de personas: una persona manipuladora y una persona susceptible a la culpabilidad, sensible y vulnerable que sufre de dependencia afectiva y que usualmente está volcada a los demás. Cuando dos personas con estas características se encuentran se produce una especie de red dañina en la que quedan atrapados y de la que es muy difícil salir.


Es importante tener presente que los métodos utilizados por una persona tóxica para controlar a su pareja no necesariamente son evidentes, ni siquiera para la pareja víctima.


¿Existe un perfil para una persona tóxica?


No hay un perfil claro ni marcado que podamos detallar acerca de este tipo de persona, pero sí encontramos ciertos aspectos y actitudes comunes que están presentes en ellas:


  • Menosprecio y denigración: Una persona puede tener la tendencia a denigrar y menospreciar constantemente a la persona con la que está, ya sea pareja, amigo o incluso un familiar. El menosprecio se puede dar a través del humor o las bromas, emitiendo juicios sobre las cualidades, competencias o la personalidad del otro, o bien mediante la burla explícita donde todo lo que expresa la otra persona, sus ideas, sus creencias o sus deseos, se califican como algo estúpido. También puede hacerlo mediante la crítica discreta pero intensa. Aun en los casos en que se logra confrontar a la persona que denigra, ésta se muestra evasiva y disfraza su actitud diciendo que simplemente está bromeando. Al lado de una persona que denigra, la otra persona habrá perdido poco a poco toda importancia, se vuelve banal, poco interesante, extremadamente inferior.


  • Intimidación y control mediante "mal carácter":Una persona puede tender a mostrarse furiosa simplemente por recibir alguna crítica o porque no se esté de acuerdo con algo de su persona y podrá permanecer molesta durante días. Esta es una forma que tiene de controlar y chantajear emocionalmente. Nunca se sabe qué puede hacer que pierda el control y se enoje. Las parejas de estas personas tienden a describir su relación como un estado de constante cuidado en no decir o hacer algo inapropiado, pues es impredecible cuando la pareja puede estallar en furia. Esta vigilancia e incapacidad para saber cuando su pareja se enojará y por qué razón ocasiona un desgaste emocional y físico. Por otra parte, la pareja de "mal carácter" tiende a responsabilizar a los demás por sus enojos, que es culpa de ellos que él grite e insulte. Este renegar de la responsabilidad por su comportamiento disfuncional es un rasgo típico de una relación tóxica.


  • Inducción de culpa: Una de las personas puede inducir la culpa en el otro, y con esto, trata de obtener control. Cada vez que hace algo que hace sentir mal a la otra persona, intentará hacerle sentir culpable por la situación, por lo que la hace sentir mal. Esto puede ocurrir en relaciones de pareja, pero también es frecuente en la relación de los padres con sus hijos adultos. Es frecuente que los padres busquen poner a otro a su lado para hacer más efectivo el hacer sentir culpable, por ejemplo, cuando el padre llama al hijo para decirle lo mucho que está dolida su madre por no haber asistido a la reunión familiar. Esta es una forma muy usual de los padres para controlar toxicamente a sus hijos. Como todos los comportamientos y dinámicas tóxicas, inducir culpa tiene la finalidad de controlar la conducta, de modo que el padre, el amigo o la pareja haga lo que quiera.


  • Excesiva independencia: No tener en cuenta al otro. Una de las personas de la relación puede llevar su independencia demasiado lejos. Para esta persona, compartir lo que hizo en su día o anunciar lo que va a hacer lo expone a que el otro lo controle y termine perdiendo su independencia. Esto hace sentir insegura a la persona que está a su lado. No solo se trata de que su comportamiento sea impredecible, sino que tampoco se está seguro nunca de que esta persona esté comprometido emocionalmente con uno, de que la relación es una prioridad en su vida. Incluso en los momentos en que se le pregunta explícitamente acerca de su compromiso, si ama a su pareja, si la encuentra atractiva, o si está comprometida en la relación, su respuesta tiende a ser vaga, incluso defensiva, lo cual por un lado genera más inseguridad en la otra persona y tiene la finalidad de hacer que la otra persona siga haciendo cosas para "ganarse" su compromiso. La ansiedad que genera todo esto, debilita emocionalmente a la persona víctima de tan mal comportamiento y puede afectar tanto su salud física como emocional.


  • Actitud utilitaria: Una persona utiliza a la otra para obtener lo que quiere, y la otra intenta complacerlo constantemente sin nunca conseguirlo. Lo que hace tóxica a este tipo de relación es que sea una relación de un solo sentido, donde sólo uno obtiene beneficios y la otra persona nunca saciará la necesidad de complacerlo. Las personas que utilizan a otros realmente absorben su energía y tienden a dejar sus relaciones si encuentran a alguien más que pueda hacer más por ellas.


  • Actitud posesiva y controladora: En las relaciones en donde hay una confianza deteriorada uno de los dos es posesivo y el otro sufre los celos y la desconfianza de su pareja. Si se deja que simplemente pase el tiempo, las personas posesivas serán cada vez más sospechosas y controladoras. Un ejemplo puede ser revisar el celular, incluso el kilometraje del automóvil para asegurarse que no haya ido a algún lugar que no debiera. Más que estar con alguien en una relación, estas personas quieren poseerla. Los esfuerzos de su pareja de asegurarle su fidelidad y compromiso serán en vano. Quedarse en una relación aceptando el ser tratado como una persona no confiable tendrá como resultado el perder cualquier espacio personal y propio.


Si tú o algún familiar está pasando por una relación tóxica y necesita contar con ayuda psicológica, no dudes en solicitar una cita comunicándote con nosotros en nuestra sección Contacto, o si deseas hablar directamente con un asesor, comunícate a nuestro WhatsApp


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