Al nacer nuestros hijos, nos esforzamos en que ellos aprendan lo antes posible la mayor cantidad de cosas que los rodean, como los colores, números, idiomas y letras, que si bien son necesarios aprender, no debemos olvidar que un desarrollo sano también incluye conocerse a sí mismo.
Las emociones se encuentran en todos los ámbitos de nuestra vida, por lo que no podemos reprimirlas, más bien debemos buscar el equilibrio entre la razón y la emoción. En este sentido, los padres son una parte fundamental en el proceso de aprendizaje, ya que tienen la responsabilidad de enseñar a sus hijos las habilidades que los ayudarán a desenvolverse mejor en la sociedad, como tener un buen autocontrol y regular sus emociones de manera positiva. Este conjunto de habilidades es lo que podemos llamar inteligencia emocional.
Mauro Santos nos propone siete fases por las que nuestros hijos deberían pasar al momento de aprender a gestionar sus emociones:
Conocer las emociones básicas: ira, tristeza, sorpresa, asco y alegría.
Reconocer las emociones en nosotros mismos y en los demás: Es importante ayudar a nuestros hijos a ponerle un nombre a cada una de las emociones que están experimentando.
Legitimar las emociones: Permitir y atender la emoción que se está viviendo.
Aprender a regular las emociones: Es importante comprender que hay determinadas emociones que son involuntarias, automáticas e inconscientes. Lo que se puede hacer respecto a ellas es aprender a gestionar la conducta consecuente.
Reflexionar sobre la emoción que se siente: Cuando nuestros hijos tienen pocos años, aún no tienen la capacidad de pensar autónomamente, por lo que es importante ayudarlos a identificar cada momento y reflexionar sobre ellos.
Actuar las emociones de manera adaptativa.
Establecer una historia de lo ocurrido: Explicar a los niños lo que ha ocurrido, preguntarles cómo se sienten al respecto y lo que pueden hacer en un futuro.
Los padres debemos considerar que, si no dominamos nosotros mismos nuestras propias emociones, va a ser difícil enseñarles a nuestros hijos cómo hacerlo. Por ejemplo, si no aprendiéramos a andar en bicicleta ¿seríamos capaces de enseñarles a nuestros hijos a andar en una? Con las emociones sucede lo mismo, se requiere de tiempo, dedicación, empatía y paciencia.
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Martínez de Salazar A.(). Las 6 emociones básicas para educar a los niños. Agenda Menuda.
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