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¿Quieres mejorar tu concentración? ¡Escucha ruido marrón!



¿Alguna vez te ha pasado que, por más que intentes concentrarte, tu cerebro no deja de pensar en mil cosas? Es como si tuvieras un trozo de vidrio templado frente a tu rostro que te impidiera visualizar y enfocarte en las actividades que tienes por delante. Esto a la larga, termina generando mucho estrés y ansiedad porque, por más que lo intentes, no puedes terminar tu trabajo. ¿Qué hacer en situaciones así? Escuchar ruido marrón es una gran alternativa.


¿Qué es el ruido marrón?


Los sonidos tienen colores. O mejor dicho, los colores ayudan a catalogar la frecuencia en la cual se emiten determinados sonidos. Es así que surge el ruido blanco, rosado y, al que nos referimos hoy: el ruido marrón.


● El ruido marrón se caracteriza por tener una relación inversamente proporcional entre potencia y frecuencia. Es decir, su potencia disminuye en medida que aumenta la frecuencia del mismo, un ejemplo de esto podría ser el sonido de una cascada de agua cayendo a lo lejos.

● Esto lo diferencia, por ejemplo, del ruido blanco, que mantiene una relación uniforme entre ambas características. Esto hace que dicho sonido sea un poco molesto para algunas personas ya que se parece mucho a cuando sintonizas mal la radio y hay estática.

● Entre el ruido marrón y el blanco tenemos el ruido rosado que, en esencia, es un ruido blanco, pero con las frecuencias altas atenuadas, lo cual hace que suene más como una fuerte corriente de viento.


Aunque en primera instancia, para el oído humano estas diferencias no pueden ser muy perceptibles, el efecto que tienen sobre la mente es una historia completamente distinta.



¿Cómo afecta el ruido marrón al cerebro?


Para entender el efecto que tiene el ruido marrón en nosotros, tenemos que empezar por entender la forma en la que percibimos los sonidos. El principal motivo por el cual los ruidos blancos tienden a ser molestos para las personas se debe a que el oído humano tiende a escuchar el tono de forma distinta a la frecuencia que realmente están dichos sonidos. Las personas tendemos a amplificar el sonido de los tonos altos haciendo que este sonido se perciba más agudo de lo que realmente es.


Sin embargo, la historia cambia con los ruidos rosados y marrones, debido a que estos son versiones del ruido blanco moduladas y adaptadas a la forma en la cual las personas perciben los sonidos. Es así que resulta más cómodo oír estos ruidos mientras se realizan otras actividades favoreciendo la concentración y hasta relajándose.


Ahora bien, el hecho de que sea agradable para el oído humano el escucharlos no es el único motivo que influencia en la concentración. De hecho, nuestro cerebro está de cierta forma programado para detectar cambios en el entorno si hay menor nivel de información a nuestro alrededor. Por ejemplo, cuando nos vamos a dormir y todo está en silencio, es más probable que escuchemos la respiración de otras personas o el más mínimo ruido nos perturbe. Sin embargo, al tener como sonido de fondo ruido marrón haces que los demás sonidos del entorno se camuflen en él propiciando que tu cerebro se concentre en la actividad que estás realizando y dando calma mental cuando sientes que hay muchos pensamientos abrumantes en tu cabeza.


Si después de intentar esta estrategia sientes que tus problemas de concentración persisten o simplemente tus pensamientos te abruman tanto que sientes que no puedes realizar ninguna actividad, no dudes en contactarnos. En Felizmente estamos dispuestos a ayudarte de la mano de los mejores profesionales en salud mental.


Para más información relacionada a salud y bienestar mental, puedes consultar el contenido en nuestra sección de noticias.

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