
¿Alguna vez has tenido un día agotador, en el que no has sentido que hayas sido particularmente productivo? Te levantaste, tuviste una alta carga de estrés y, a pesar de no hacer muchas actividades, al terminar el día sentiste como si hubieras corrido una maratón. Estar expuesto a sensaciones que provocan ansiedad o, peor aún, sufrir ataques de ansiedad, ocasionan un sentimiento de cansancio profundo que, incluso, puede hacernos sentir más ansiosos. Es un círculo vicioso. Pero ¿A qué se debe este malestar?
La ansiedad genera adrenalina.
Cuando nos sentimos ansiosos, lo que ocurre es que nuestro cuerpo piensa que estamos en una situación de peligro. Es entonces que nuestro cuerpo empieza a segregar adrenalina y otras hormonas que nos preparan para enfrentarnos al peligro o, si es necesario, huir de él. Este incremento repentino de los niveles de vigilancia y luego de adrenalina, una vez que vuelven a la normalidad, ocasionan que nuestro cuerpo pague factura haciéndonos sentir agotados. Tu cuerpo en realidad cree que lo has ayudado a escapar de una situación amenazadora y cuando la adrenalina se restablece, necesita descansar.
Las consecuencias de este shot de adrenalina
La ansiedad puede impactar en la calidad de tu sueño